Nada que hacer. Hay cosas que simplemente no resultan, incluyendo la vida de un pequeño pájarito que anidaba en mi ventana en pleno centro de Santiago. Para quiénes han seguido de cerca la historia de las chuchús chicas (bautizadas así tiernamente por un amigo), les cuento que una de ellas no resistió la ausencia de su mamá. Hace unos días el papá desapareció por razones desconocidas, por lo que la mamá tórtola debió asumir el ir y venir a buscar comida y el abrigo de sus pajaritos. Sin embargo, ayer ella también desapareció. Las tórtolas chicas pasaron la noche solas, sin abrigo, y una de ellas, la más pequeña, dejó de respirar pese a que llegó una nueva tórtola adulta a alimentarlas. No estoy segura si es el padre desaparecido o una tórtola vecina/pariente que vino a hacerse cargo de las guaguas. Pero en fin, habrá que esperar a ver como termina esta historia.
que tristeza, yo sigo la historia y tbn apareció una en mi ventana el otro día, de verdad espero que vivan :) estoy segura que así será.
ResponderEliminar