En la mañana pude ver el cambio de mando. Algo más tarde que lo acostumbrado, porque cerca de las 11 llegó ella, fácilmente reconocible por ser más rellenita y con los pómulos marcados. Pese a la hora, puedo decir que las diferencias quedaron atrás: hubo intercambio de miradas y hasta diría que se sonrieron.
Ahora a esperar que pase la lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario