La misma cinta que todos usamos para proteger los guardapolvos a la hora de pintar, fue utilizada por este par de artistas para envolver y tapar monopatines, señaléticas, dos autos, una bicicleta e incluso el techo de un paradero de micro. Nada se salvó del envolvimiento, ni siquiera el piso, las paredes o el extintor de la propia sala, que se convirtió en un todo contenedor para esta instalación monocromática. Según los creadores la idea era crear una especie de densa capa de nieve o manto de ceniza sobre estos objetos, todos colocados sobre ruedas, enfatizando la inamovilidad del paisaje.
De hecho, una de las descripciones de la muestra la compara con la sensación de entrar en una catedral. Y la verdad es que hay algo de eso. Al estar en la sala te imaginas que una gran tormenta o una catástrofe dejó paralizada esta montonera de cosas. Congeladas en el tiempo. Me recordó esas escenas impactantes de las ruinas de Pompeya, en donde todo lo vivo quedó momificado por la lava. En un dos por tres, silencio.
Dónde: Hasta el 19 de noviembre en Sala de Arte CCU, Vitacura 2680
Horarios: De lunes a viernes de 10.00 a 19.00 horas. Sábados de septiembre a abril de 10.00 a 18.00 horas
Más info: www.ccuenelarte.cl
Precios: Entrada liberada
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