Lleva 35 años cosiendo los fascinantes ropajes de bailarines y cantantes de ópera que desfilan por el escenario. Tutús, vestidos, capas, sombreros, tocados, trajes de toda época. Epopeya de costura que comparte con una veintena de mujeres que trabaja en serie, en las que son muchas veces, unas verdaderas obras de arte.
El vestuario se ordena en colgadores, separados por obra y nombres de los actores. Si bien hay algunas ropas que se traen de fuera, hay otras que se hacen completamente en el taller, tiñiendo las telas si es preciso. Pero en casa es otra cosa. La señora Eugenia dice que escapa de cualquier tipo de costura. Ni hablar de una basta. Y no es para menos, después de tanto corte, confección, corte y confección.
Por estos días, y al son de música tropical, trabajan en el vestuario que usará el Ballet Nacional en uno de sus espectáculos y en la vestimenta del coro de la ópera Boris Godunov. Todo simplemente hermoso.
Si no hubiese habido monos en la costa, voy y me pruebo un traje de pura mona. Aunque para el caso de los tutús, imposible. Talla 14 o cintura 57. Para una flaca, flaca, flaca, flaca.
Dónde: Teatro Municipal, Agustinas 794 (Sólo para que sepan, el taller funciona por la puerta de San Antonio en el tercer piso).
Más info: Vean toda la programación en www.municipal.cl
No hay comentarios:
Publicar un comentario