Extraña invitación, pero media hora más tarde y junto a otras cuatro alegres personas, estaba huleando junto a Abi en pleno centro de Santiago. Sorpresa total estar ahí bailando en la noche, al lado de la Catedral y en medio de tanta variedad humana que por esas horas pasea por el lugar y doble sorpresa al ver que, tras una capacitación express, mi cintura hizo algo que nunca antes: bailar el hula por más de 5 minutos!!!!
Después me contaron que el grupo es amante de este circular juguete plástico y que se reúnen frecuentemente en plazas y parques a moverse y a invitar a todos los que quieran.
Excelente iniciativa. Gratuita, divertida y muy contagiante. Sensación que me hizo recordar como después de la hora de once y con el aire tibio de la noche, salía a jugar con mis hermanos y amigos al pasaje de mi casa. Fue jugar un rato largo de nuevo. Una sorpresa total para terminar el día.
* Las fotos fueron tomadas por Anahi Aliaga
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