El emblema sale a relucir en varias ventanas de la ciudad. En Paseo Ahumada venden hipnóticos remolinos con banderitas y en las esquinas piden mil pesos por las típicas que se ponen en los autos. Precisamente una de esas tengo en mi casa, pero está en mi ventana todo el año. Para otra ventana eso sí, agregaré esa tira plástica de banderas, la típica de fonda. Y es que la tricolor ha salido del cajón para quedarse.
septiembre 15, 2011
Mi banderita chilena
Una que otra cueca a los lejos. Rico olor a choripán. El sol y una brisa suave. Ya estamos en pleno 18 y en la calle se respira cierto aire fiestero y relajado.
El emblema sale a relucir en varias ventanas de la ciudad. En Paseo Ahumada venden hipnóticos remolinos con banderitas y en las esquinas piden mil pesos por las típicas que se ponen en los autos. Precisamente una de esas tengo en mi casa, pero está en mi ventana todo el año. Para otra ventana eso sí, agregaré esa tira plástica de banderas, la típica de fonda. Y es que la tricolor ha salido del cajón para quedarse.
El emblema sale a relucir en varias ventanas de la ciudad. En Paseo Ahumada venden hipnóticos remolinos con banderitas y en las esquinas piden mil pesos por las típicas que se ponen en los autos. Precisamente una de esas tengo en mi casa, pero está en mi ventana todo el año. Para otra ventana eso sí, agregaré esa tira plástica de banderas, la típica de fonda. Y es que la tricolor ha salido del cajón para quedarse.
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