Algo muy loco me acaba de suceder en el MAC del Forestal. La experiencia sonora del Festival Zeppelin fue prácticamente un viaje a otra galaxia. Sin alucinógenos, ni ningún tipo de sustancia, estuve al otro lado del Universo...
Parecía una máquina demoledora de acero gigantesca, que arrasaba con rocas, piedras y lo que encontrara a su paso. Total destrucción y caos subterráneo. Todo se estaba convirtiendo en pedazos.
Luego silencio. Aprovecho el descanso de ese ser amenazador y escapo por cuevas submarinas y laberintos oscuros. Apenas diviso el camino. Al otro lado del túnel, veo destellos luminosos: es una nave intergaláctica.
Me escondo. De alguna manera logro subir. Se encienden los motores, siento el aire frío y un halo de fuego precede el despegue de una enorme mole metálica digna de Robotech. De ahí, en un cerrar de ojos, desaparecemos. Estamos en el centro del Universo.
Hay oscuridad. Tengo miedo. Escucho a lo lejos las instrucciones que vienen desde la cabina de control. No entiendo una palabra. Sé que comenzó un viaje por el infinito y no estoy segura si podré regresar.
Así fue. Abrí los ojos y no estaba en el centro del Universo si no que en el hall central del museo. Miro a la veintena de asistentes y puedo reconocer que dos o tres experimentaron el mismo enigmático viaje interestelar. Algo nunca antes visto.
Dónde: Museo de Arte Contemporáneo (MAC), Parque Forestal
Qué: Festival de Arte Sonoro Zeppelin. Improvisación sonora simultánea que unió a Barcelona, Medellín, Córdoba y los músicos chilenos presentes en el museo.
Más info: Haz click en los videos, cierra los ojos y bienvenido a bordo.
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